viernes, 19 de junio de 2009

Los amos del mundo, según Pérez-Reverte


Me llega un correo electrónico de un buen amigo con la transcripción de un artículo de nuestro viejo conocido Arturo Pérez-Reverte, originalmente publicado el 15 de noviembre de 1998 en “El Semanal”. Si en su momento pudo parecer extremadamente agorero, la realidad actual ha confirmado – en todo o en parte - sus vaticinios. Oportunamente lo han rescatado de la hemeroteca los responsables de XLSemanal (hace ya algunos meses, no se crean), desde cuya página el artículo ha ido repicándose de blog en blog y de mail en mail por toda la blogosfera. Por mí que no quede. Este es el artículo; después lo comentaré.

Los amos del mundo (1998)

Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla intro del ordenador, su futuro y el de sus hijos. Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro. Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje, como quien comenta el partido del domingo. Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y nunca pierden ellos, cuando pierden.


No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundocombinaciones fastuosas de economía financiera que nada tienen que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la Tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro. Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El riesgo es mínimo. Los avalan premios Nóbel de Economía, periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia. Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio euroasiático, y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la aventura, y meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados. Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días. Y aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja.


Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad. Y entonces todo el tinglado se va a tomar por saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y entonces, oh prodigio, mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no. Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recae directamente sobre las espaldas de todos nosotros. Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son colectivos, y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia, con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros y a veces con su puesto de trabajo Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida.


Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena. Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza.

Arturo Pérez-Reverte

jueves, 18 de junio de 2009

Tardes azules y largas de verano

El curso acabó; las últimas semanas han ido a un ritmo endiablado y no han sido sencillas ni para alumnos ni para profesores. Desgraciadamente hace casi tres meses que no actualizo el blog. ¡Ya hemos tenido suficiente lío en clase! El curso se ha acabado, inevitablemente.


Estas últimas tardes, con las últimas correcciones, últimas calificaciones, se me están haciendo largas. También son mis últimos días en el IES Alkala Nahar, pues el próximo curso lo comenzaré en otro instituto de Alcalá.


Casi siempre me sorprende el verano cuando llega, igual que al personaje de una de mis canciones preferidas: Azzurro, de Paolo Conte. Todo el año esperando, y de repente, aquí está, con sus largas tardes de blues y una sensación – para mí - de desconcierto...







AZZURRO (Paolo Conte)

Cerco l'estate tutto l'anno
e all'improvviso eccola qua.
Lei è partita per le spiagge
e sono solo quassù in città,
sento fischiare sopra i tetti
un aeroplano che se ne va.

Azzurro,
il pomeriggio è troppo azzurro

e lungo per me.

Mi accorgo di non avere più risorse,
senza di te,

e allora io quasi quasi prendo il treno
e vengo, vengo da te,

ma il treno dei desideri
nei miei pensieri all'incontrario va.


Busco el verano todo el año/ y de repente, aquí está./ Ella se ha largado a las playas/ Y estoy solo aquí arriba en la ciudad. / Siento silbando sobre el tejado/ un aeroplano que se va hacia allá.



Azul (= blue = melancólico), / la tarde es demasiado azul / y larga para mí./ Me noto/ como carente ya de recursos/ sin ti/ y entonces/ yo casi casi tomo el tren/ y voy, voy hacia tu casa/ pero el tren de los deseos/ circula en sentido contrario a mis pensamientos.

sábado, 13 de junio de 2009

Shakespeare y la condición humana


Hoy he escuchado un magnífico programa de Radio 3 dedicado a Shakespeare en el cine, en el que se analizan diversas películas inspiradas en las obras del de Stratford: HAMLET de Kenneth Branagh; RICARDO III de Richard Loncraine; RICARDO III de Laurence Olivier; LOOKING FOR RICHARD de Al Pacino; JULIO CÉSAR de Joseph L.Mankiewicz ; CAMPANADAS A MEDIANOCHE de Orson Welles; y ENRIQUE V de Kenneth Branagh.

Gracias a los prodigios de la tecnología, basta con poner un enlace para que todo el mundo pueda escuchar de nuevo este programa de radio.

http://www.rtve.es/mediateca/audios/20090612/videodrome-condicion-humana-shakespeare-cine-13-junio-2009/524129.shtml