martes, 16 de marzo de 2010

Demasiados Préstamos

Eso es lo que dicen que ha causado la presente crisis económica. Demasiados préstamos.


Claro que los préstamos léxicos, como decíamos la semana pasada, no tienen consecuencias económicas. En todo caso pueden llevar a un empobrecimiento expresivo. O al ridículo que provocan todos los abusos y exageraciones.


Lo que sigue es una canción de los uruguayos El Cuarteto de Nos, compuesta precisamente con un abuso hiperbólico de extranjerismos para producir un efecto humorístico. Tanto el video como la letra retuercen las palabras y las imágenes para producir la sorpresa y sonrisa del oyente. Fijaos qué cosas suceden Yendo a la casa de Damián.





La transcripción de la letra se adjunta a continuación en la sección "Comentarios". Deja el tuyo si te gusta.

sábado, 13 de marzo de 2010

Delibes y sus tordos


Aunque sea ley de vida, aunque estuviese anunciado, aunque ya no desease vivir, todos lamentamos la muerte de Miguel Delibes y recordamos las emociones que nos ha regalado la lectura de sus libros. Mi elogio fúnebre es necesariamente humilde y escasamente imaginativo: Me siento como Daniel, el Mochuelo, el día que enterraron a Germán, el Tiñoso, junto con un tordo a modo de ajuar funerario.


Daniel, el Mochuelo, sentía aquel día las campanas de una manera especial. Se le antojaba que él era como uno de los insectos que coleccionaba en una caja el cura de La Cullera. Se diría que, lo mismo que aquellos animalitos, cada campanada era como una aguja afiladísima que le atravesaba una zona vital de su ser. Pensaba en Germán, el Tiñoso, y pensaba en él mismo, en los nuevos rumbos que a su vida imprimían las circunstancias. Le dolía que los hechos pasasen con esa facilidad a ser recuerdos; notar la sensación de que nada, nada de lo pasado, podría reproducirse. Era aquélla una sensación angustiosa de dependencia y sujeción. Le ponía nervioso la imposibilidad de dar marcha atrás en el reloj del tiempo y resignarse a saber que nadie volvería a hablarle, con la precisión y el conocimiento con que el Tiñoso lo hacía, de los rendajos y las perdices y los martines pescadores y las pollas de agua. Había de avenirse a no volver a oír jamás la voz de Germán, el Tiñoso; a admitir como un suceso vulgar y cotidiano que los huesos del Tiñoso se transformasen en cenizas junto a los huesos de un tordo; que los gusanos agujereasen ambos cuerpos simultáneamente, sin predilecciones ni postergaciones.

(El camino, capítulo 20)


¿Volverá a hablarnos alguien con la precisión y el conocimiento con que Delibes lo hacía, de los rendajos y las perdices y los martines pescadores y las pollas de agua, de las gentes y campos de Castilla, de la caza y los cazadores, de niños que parecen más sensatos que los adultos y más locos que los niños, del estremecimiento que nos provoca la muerte de nuestras personas queridas, de la conciencia irremediable de que hay una hoja roja en el libro de nuestra vida?


Delibes, cazador de palabras. Las palabras son pájaros que se nos escapan cuando queremos capturarlas. Miguel, como Daniel, el Mochuelo, tenía un infalible tirachinas al que no se le resistía tordo ni vocablo alguno. Aunque hacía años que no había escrito ningún libro completo, en el ajuar funerario de sus bolsillos llevaba tordos que estaban aún pendientes de escribirse y que ahora podrá compartir, en todo caso, con su querida Ángeles.


Se fue Delibes, como Germán, el Tiñoso. A nosotros, afortunadamente, nos quedan sus libros. Leerlos es el mejor homenaje que podemos hacerle. Legárnoslos es la mejor obra de caridad que Miguel nos hace.

domingo, 7 de marzo de 2010

¿Me prestas una palabra... amigo?

El pasado viernes estuvimos viendo en clase unos préstamos muy curiosos: los préstamos léxicos, que – a diferencia de los bancarios – no devengan intereses y que tampoco tienen compromiso de devolución. Menos mal, porque de otra forma habrían peligrado las amistades internacionales…

Llamamos préstamos léxicos a palabras procedentes de otras lenguas que se incorporan, con o sin modificaciones, a la nuestra para ampliar el repertorio léxico. A poco que indagamos se descubre que en español y en las demás lenguas son numerosísimos. A continuación veamos un pequeño muestrario:

Arabismos: aceite, almacén, cifra, gacela, jarabe.
Anglicismos: fútbol, córner, récord, penalti, gol.
Galicismos: gabinete, dama, galleta, peaje, jardín.
Italianismos: gaceta, novela, soneto, partitura, soprano.
Lusismos: buzo, caramelo, mejillón, vigía, pleamar.
Germanismos: níquel, cuarzo, cinc, búnker.
Indigenismos americanos: cacique, huracán, tiza, piragua, canoa.

Un alumno me planteó una pregunta interesante: ¿Cuáles son las palabras que hemos prestado del español a otros idiomas?

El mayor grupo de palabras que hemos exportado son, a su vez, préstamos de los idiomas americanos precolombinos: Tomate, patata, aguacate, cacahuete, maíz, cacao, tabaco, cigarro, puma, llama, caimán, cóndor, canoa, huracán, y mi preferido de todos ellos: Chocolate. También vainilla, por cierto, aunque esta palabra es una voz 100% hispana.

(No incorporo aquí, por razones de brevedad, la forma en que se escribe en cada idioma. Por ejemplo: Vainilla, da en inglés vanilla, en alemán Vanille, en francés y holandés vanille, en italiano vainiglia y en portugués baunilha)

Otro grupo importante pertenece al campo ideológico de la lidia taurina: Corrida, aficionado, banderilla, picador, matador y toreador. Aunque aquí usemos más la forma torero.

En el campo militar nos encontramos: Guerrilla, guerrillero, embargo, armada, flotilla y vigilante.

En la gastronomía: Tortilla, calamares, gazpacho, paella, escabeche, tapas, cafetería. Y los mexicanísimos tacos, burritos, tamales, nachos y tortillas. Acompañados de salsa y tequila.

En el deporte solo he encontrado uno, pero muy significativo: Goleador.

Tres palabras muy internacionales, sonoras y curiosas: Fiesta, siesta y gusto. (Acepción 5 del DRAE: Facultad de sentir o apreciar lo bello o lo feo. Diego tiene buen gusto.)

Otras curiosas: Mosquito, tornado, amigo, armadillo (aquí los conquistadores no tuvieron que preguntar a los indígenas), cucaracha, y lolita (por el personaje homónimo de Vladimir Nabokov).

Por último, hay que mencionar que en inglés son numerosos los hispanismos. Un campo ideológico muy interesante lo forman las palabras asociadas a los escenarios del Far West. (Recordemos que los estados de California, Nevada, Arizona, Colorado, Nuevo México, Texas — Tejas— y Florida fueron en su día parte de los dominios españoles, como puede notarse en sus nombres). Así, se podría escribir en inglés un párrafo conteniendo los siguientes hispanisms:

El vaquero (o buckeroo), equipado con su sombrero y su lasso (lazo), cabalgaba desde el Colorado Canyon evitando los coyotes y los pumas, y se había librado de milagro de una stampede (estampida). Antes de llegar al ranch se había parado en un saloon para tomarse una sasparilla (zarzaparrilla), pero a la salida tuvo que pelearse con un renegade y otros tres desperados. Solucionado el asunto, se fumó un cigar con su amigo Bronco y se marcharon para el rodeo que celebraban junto a la hacienda.

Que quedaría algo así como : The buckeroo, wearing his sombrero and holding a lasso, rode from the Colorado Canyon avoiding coyotes and pumas. He had a narrow escape from a stampede. Before arriving to the ranch, he stopped at a saloon to have sasparilla, but then a fight was held against a renegade and three other desperados. Once finished, he smoked a cigar with Bronco, his amigo, and they went out to the rodeo which was taking place next to the hacienda. 

 
Para quien quiera saber más, aquí pongo un par de enlaces con listas de hispanismos en inglés y en alemán.

Si alguien conoce o descubre alguno más, puede añadir un comentario. ¡Adiós, amigos!