viernes, 10 de marzo de 2017

Memes de la Literatura Española (I): Los memes literarios



Todos los que hayan viajado a Oxford y se hayan comprado allí una sudadera de recuerdo saben, o deberían saber, que el lema de la Universidad Oxoniense es “Dominus illuminatio mea”, o sea, “El Señor es mi luz” tal como figura al principio del Salmo 27. El zoólogo y etólogo Richard Dawkins, profesor de dicha universidad, diseñó su ex libris con el lema “Darwinius illuminatio mea”, lo que revela capacidad de crítica, imaginación e ironía. Y, francamente, no pocas ganas de epatar.

Cuando Dawkins publicó en 1976 su primera edición de El gen egoísta consiguió lo que buena parte de los científicos y académicos persiguen durante años sin éxito: Se hizo un nombre. Uno de esos nombres imprescindibles de recordar para los catedráticos del mundillo, para los estudiantes del ramo, para los periodistas de la sección científica, para los culturetas de tertulia y para los gafapastas de cafetería. Y todo por una idea desconcertante, que su propio autor califica como más extraña que la ficción antes de descerrajarla en el primer párrafo de la primera página del libro: Somos máquinas de supervivencia, vehículos autómatas programados a ciegas con el fin de perpetuar la existencia de las egoístas moléculas conocidas como genes que albergamos en nuestras células. 

En el último capítulo de la primera edición, Dawkins extiende su teoría darwinista desde lo biológico hacia lo cultural, considerando que todos los comportamientos aprendidos y creaciones humanas siguen patrones de autorreplicación similares a los de los genes. Surge así el concepto de meme, que puede definirse como todo comportamiento o mensaje transmitido a lo largo del tiempo por vías no biológicas. El meme es toda unidad de información susceptible de reproducirse y difundirse por cualquier medio cultural o de comunicación.  






Un estilo de peinado, un nuevo baile, una receta de cocina o un eslogan publicitario son memes. Sí, también se llaman memes todos los vídeos de gatitos y las fotos chistosas que solemos reenviar a través de las redes sociales y teléfonos móviles. E incluso todas las obras literarias, desde la Odisea al último premio Planeta, están formadas por secuencias de memes estructuradas en una forma compleja, de modo análogo al que las células componen organismos pluricelulares.








El concepto de meme ha dado lugar a la protociencia llamada memética, a la que se plantean diversas críticas, siendo una de las más notorias que el modelo de Dawkins es darwinista, mientras que los procesos culturales parecen regirse más bien por leyes propias del lamarckismo. ¿Puede la memética ofrecer alguna ayuda en el estudio de las ciencias sociales?

El propósito de este artículo es apuntar una aproximación al estudio de la Literatura española como una comunicación de memes a lo largo del tiempo. No incidiremos en los valores puramente literarios, sino en algunos aspectos de la transmisión de las obras literarias y en su éxito o fracaso como memes. Al mismo tiempo iremos reconociendo las propiedades más relevantes de los memes literarios, y señalaremos algunos de los memes literarios más replicados de nuestra Literatura.

Habrá quien vea en este planteamiento un auténtico despropósito, un reduccionismo a lo jíbaro de las obras literarias y una trivialización de la Literatura como fenómeno artístico y cultural, al despojarla de todos sus valores estéticos y humanísticos.

No se encocoren todavía los críticos. Consideren que, a fin de cuentas, en el instituto de secundaria la Literatura se enseña a menudo en forma de memes, controlando que los estudiantes repitan nombres de autores que desconocen asociándolos con títulos de obras que no han leído, cuyo argumento se resume en menos que ocupa una solapa de libro. 

La llegada de la LOMCE no va a mejorar la sensibilidad literaria del estudiantado, pues esta ley relega a un segundo plano las Humanidades, mientras que pretende estimular la innovación, la creatividad y el espíritu emprendedor, como se ocupó de recordar Felipe de Borbón en su discurso de la nochebuena de 2016. Traducido de la neolengua neoliberal, esto viene a significar “aguzar el ingenio para inventar fórmulas que permitan hacer negocio aprovechando — sin remuneración económica — las ideas que otro ha tenido.”

Así pues, es previsible que en los próximos años, las clases de Literatura se conviertan en un workshop de creación de merchandising tales como sudaderas, tazas y moleskines ilustrados con memes procedentes de los genios literarios cuya obra se halle en situación de dominio público. Los ingleses ya venden mugs con citas de Shakespeare en Stratford-upon-Avon, mientras que por estos lares todavía no se aprovechan las frases cuquis de Cervantes para hacerle la competencia a las de Mr. Wonderful.
 Aunque esto sea locura, hay cierto sentido en lo que dice. La cita corresponde a Hamlet, Acto II




Adaptándome a los nuevos tiempos y en cumplimiento de las directrices de la LOMCE, he comenzado a plantearme la docencia de la Literatura Española con sus memes como vía didáctica. Y si ello no fuera suficiente justificación, conviene recordar que en materia de crítica literaria todo puede defenderse alegando este magnífico meme acuñado por Ramón de Campoamor (1817-1901), adelantándose en siglo y medio al concepto de la posverdad:


Así comienza el primer artículo de la serie "Memes de la Literatura Española" que estoy publicando en la revista digital Hypérbole. Puedes continuar leyendo el artículo en este enlace: http://hyperbole.es/2017/01/memes-de-la-literatura-espanola-i-los-memes-literarios/